Bugaboo, la marca icónica de cochecitos, tuvo el detalle de invitarme a la ciudad cuna de su nacimiento, Amsterdam, para presentarme sus novedades y celebrar con un nutrido y selecto grupo de medios (de España solo fuimos dos blogs), sus 20 años de vida. Además, tuve la suerte de poder entrevistar a Madelen Klaasen, la directora de Marketing de la marca que ha estado prácticamente desde los inicios de Bugaboo y ha visto crecer la compañía, creando cada día productos más últiles, adaptados a las necesidades de las familias, pero también más estilosos. Porque el diseño en Bugaboo es clave, desde la concepción del producto pero también durante su desarrollo y en los acabados. De hecho, en la nueva sede de las que serán sus oficinas centrales en Holanda, pude conocer todas y cada una de sus ediciones especiales, creadas en colaboración con diseñadores de prestigio. ¿Queréis saber cómo fue mi viaje? Pues seguid leyendo para descubrir todo lo que vi.
La nueva sede de la compañía, que este año celebra su 20 Aniversario, está en Van Gendthallen en el corazón de la ciudad de Amsterdam, próxima a los muelles y muy cerca del Museo Marítimo. Creo que todos los que hasta allí llegamos nos quedamos boquiabiertos al descubrir la estructura fabril del edificio que acogerá las futuras oficinas de Bugaboo. Un lugar inspiracional que siglos atrás sirvió para la construcción de los barcos de la Dutch East India Company (la compañía que defendía los intereses marítimos comerciales holandeses del 1602 al 1799).
Un lugar así es sinónimo de innovación pero también de emprendimiento porque Bugaboo, la gran empresa que conocemos hoy, nació de dos emprendedores: Max Barenbrug y su cuñado Eduard Zanen. Max hizo en 1994 para su proyecto de carrera, en la Design Academy de Eindhoven, el prototipo de lo que sería el primer cochecito Bugaboo. Eduard, que era pediatra, le ayudó en la ergonomía. La idea era unir movilidad (ya sabéis que Amsterdam es la ciudad de las bicicletas por excelencia) con el ocio y placer en la conducción de un cochecito infantil.
Intentaron vender su revolucionaria idea a muchas marcas. Pero como ha ocurrido otras veces en al historia hay muy pocos que confíen en los visionarios. Max no se rindió, perseveró en su proyecto, y dedicó dos años a perfeccionar el coche. Mejoró el diseño y lo dotó de funcionalidades desconocidas hasta la fecha: la silla que puede colocarse tanto mirando a los padres como en sentido de la marcha, el manillar que también gira para ir en uno u otro sentido y el sencillo mecanismo de plegado.
Os aseguro que en el año 1996 los cochecitos para bebé no eran los que conocemos hoy en día. Los avances de Max han sido copiados en el mundo entero. Así, en 1999 apareció el primer Bugaboo por las calles de Amsterdam. En 2003 llegó al mercado británico y americano. 2005 fue el año del color y de la customización, algo que desde mi punto de vista hace a esta marca diferencial.
Durante el evento de celebración en las oficinas de Van Gendthallen una periodista me preguntó qué es lo que me gustaba a mi de Bugaboo y fue precisamente esto lo que le contesté. Cuando me decidí por mi primer cochecito para Jorge tuve claro que sería uno que pudiera conducir con una sola mano, que me gustara (os hablo del año 2008 y os aseguro que en el mercado había mucho armatoste). El que me gustara no tenía solo en cuenta el diseño, sino el hecho que yo podía escoger el color. Me pasé noches enteras probando en la web de Bugaboo opciones de customización: la silla de este color, la cesta portaobjetos de este otro, la capota así, los accesorios a juego, etc. Ningún producto me lo ofrecía entonces. También tuve en cuenta el peso y que entrara en el maletero y en el ascensor de casa. Capaz hubiese sido de cambiarme de piso o de coche sino hubiera entrado
Cuando lo conocí, conduciéndolo en el día a día, valoré aún más la calidad de sus materiales. Mi primer Cameleon lo habré lavado más de 7 veces en la lavadora (al completo). Resultaba facilísimo desmontarlo, lavarlo y volverlo a montar. Quedaba como nuevo. Además el placer de conducirlo, de pasear a mi bebé con él, sintiéndote agusto con la elección que has hecho. Por eso Bugaboo, para mi, además de diseño e innovación, es estilo de vida. Las que penséis como yo seguro que me entenderéis. Siempre tienes una amiga que te recomienda Bugaboo. La mía fue Anna, una compañera de trabajo con la que casualmente fui por primera vez a Amsterdam y lo pasamos genial. La vida te da señales.
En el evento nos enseñaron muchas otras cosas que ya os iré contando durante los próximos meses. Conocimos la Historia de Bugaboo, su familia de productos, el estilo de todas sus ediciones especiales incluidas las realizadas con Marc Jacobs, Missoni y las actuales de Andy Warhol. El genio del pop art fue quién vistió la cena de gala en el Hotel Arena con sus famosas bananas. También Bugaboo nos llevó de paseo por la ciudad de los canales más famosa (después de Venecia) y nos transmitió su filosofía de marca. Porque por mucho que leáis sobre algo o alguien cuando verdaderamente se conoce a una marca o persona es cuando se convive con ella. Cuando se charla con sus fundadores, sus directivos, sus empleados conoces a Bugaboo. Cuando ves el destello y la ilusión de las personas que trabajan en esta empresa entiendes todo lo que hay detrás de un simple logo. Este claim de Max Barenbrug lo dice todo y es un lema de vida: “We believe it’s not about where you are but wher you can go”.
¿Queréis saber todo lo que me explicó Madelen Klaase, Chief Marketing Officer de Bugaboo? Pues dentro de unos días una nueva crónica.
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