Hace unas semanas estuve en Madrid grabando un vídeo para la marca de calzado Pablosky. Fue una jornada apasionante en la que aprendí muchísimo como madre. Tanto que el viernes llevé a mi hijo a un podólogo siguiendo las indicaciones de los doctores Ángel Morales Ponce y Alfredo Soriano Medrano que conocí gracias a Pablosky (ellos colaboran en el desarrollo del calzado de esta marca). Os cuento un poco mi situación. A mi hijo le he visto torcer un pie desde los tres años. Lo llevé a su pediatra entonces y me dijo que tenía que ser mayor para evaluarlo: a partir de los 5-6 años (primer error). Cuando tuvo esa edad me derivó al traumatólogo (segundo error). Este me recomendó ponerle plantillas pero solo los 6 meses fríos del año porque los otros meses cálidos no podría llevarlas en su calzado (tercer error). Evidentemente, hace tiempo que cambié de pediatra pero cuando les contaba esta historia a los doctores Morales y Soriano no sólo se echaban las manos a la cabeza sino que me confesaban que tristemente no soy la única madre que ha vivido esta situación. Si vuestros hijos desde muy pequeños andan raro id al podólogo y no perdáis el tiempo como lo he hecho yo. Si nos preocupamos por su salud dental, por usar un champú que no les pique en los ojos o colonias sin alcohol ¿Por que no somos capaces de revisar cómo caminan? Si observamos que andan raro, se tropiezan o deforman el calzado, tenemos que hablar con especialistas. Y los especialistas son los podólogos. Me resultó muy gratificante ver como Pablosky se preocupa no solo de diseñar un calzado acorde a la moda y tendencias, sino que desde el primer momento resulta el mejor apoyo para nuestros hijos desde sus primeros pasos. Sustenta todo su diseño en estudios médicos. Si queréis saber más, seguid leyendo.
Nuestro cuerpo es como un edificio y tiene que tener los cimientos fuertes. Por ello debemos vigilar el caminar de nuestros hijos, la manera en la que apoyan pies, si tuercen o no las rodillas, etc. Los podólogos tienen en cuenta antecedentes familiares a la hora de hacer un estudio biomecánico de nuestros peques. También analizarán como fue nuestro embarazo (incluso en los estados de ansiedad o estrés), el parto (prematuro, natural, cesárea, con o sin sufrimiento fetal, etc.). Incluso en el bebé cómo son sus uñas (si se le clavan), las fases del gateo (por favor olvidaros del tacatá, ya que estaríais forzando su musculatura no preparada e incluso podrían tardar más en andar), los primeros pasos, etc.
Insisten (y no es para vender más) en que los niños no hereden calzado de otros familiares o amigos. Pueden estar desgastados, deformados e influer en el apoyo. Entonces os preguntaréis ¿cuándo llevar a un niño al podólogo? Pues yo lo hice correctamente aunque mi pediatra no tenía ni idea. La edad ideal es a partir de los 3 ó 4 años, pero lo cierto es que no existe una “fecha ideal”, nos contaron los doctores Ángel Morales Ponce y Alfredo Soriano Medrano. Hay que observar a nuestros hijos de cerca, en los distintos ámbitos, y acudir a consulta cuando veamos algún signo de alarma.
¿Y cuáles pueden ser estos signos de alarma?
-Poned un zapatos encima de una mesa y observad si está deformando hacia adentro.
-Mirad a vuestros hijos en pantalones cortos y observad si sus rodillas están o no metidas hacia adentro.
-Si vuestro hijo anda de puntillas no es una manía que se le pasará, es un signo de alarma. También si mete las puntas de los pies hacia adentro cuando anda o está parado.
-Si vuestro peque se cae mucho o lo consideráis algo torpe.
-También si tiene algún o varios dedos montados.
-E incluso si se le clava una uñita y tiene los laterales rojizos.
Éstas son algunas de las alarmas de que algo no va bien en la salud podológica de nuestros hijos. Y siempre es mejor una revisión a tiempo. A mi hijo finalmente le han puesto plantillas. Cuando me preguntó el podólogo en qué calzado las iba a poner y le dije que en Pablosky me confesó que es una de las mejores marcas en calidad y que no tendría ningún problema con llevarlo allí. Pablosky se preocupa de su salud desde los primeros pasos.
El sistema de la marca llamado ‘Pablosky Sistem’ se basa en 4 p’s: utilizar una Piel natural y un forro interior superabsorbente (llamado intech) en todos sus modelos. Estos garantizan la transpiración, la comodidad y el rápido secado; una Plantilla verde secante y antibacteriana que evita la aparición de cualquier microorganismo; un Protector interior de puntera y talón, así como de protección exterior que hace que el calzado Pablosky sea 100% seguro; y, un Piso de goma antideslizante que asegura la flexión (superfelx), amortigua la pisada y garantiza la adherencia. Imaginad, es pura tecnología por ello Pablosky System es mucho más que una garantía, es la seguridad de estar delante de un calzado para nuestros hijos de la máxima calidad. A mi nunca me había quedado tan claro por eso agradezco a la marca esta transmisión de conocimiento y experiencia de la mano de sus podólogos.
Seguro que tendréis mil preguntas más ¿Qué hacer si nuestro hijo o hija mete los pies hacia dentro? ¿A qué edad poner plantillas? etc. Junto a otras madres tuve la oportunidad de hacer estas y muchas más preguntas a los doctores. Ellos nos dieron unos ‘Podotrucos’ que ahora quiero compartir con vosotras.
– Andar descalzos: fortalecerá la musculatura del pie, pero mejor si es con calcetines.
– Postura del indio: si ves que tu hijo se sienta con las piernas en “W” debes corregirle y ponerle en la llamada postura del indio, sentados con las piernas cruzadas por delante, o incluso con las piernas estiradas.
– Olor de pies: el olor lo provocan las bacterias, por ello es fundamental vigilar la higiene de los pies, cambiar a diario de calcetines, utilizar calzado con materiales nobles y que transpire.
– Uñas: debemos hacer un correcto corte de uñas para evitar que se claven. La mejor manera es cortárselas rectas. Leotardos o calcetines prietos favorecerán que se claven.
– Cambia de calzado: es bueno cambiar de calzado y no utilizar siempre el mismo, sobre todo si se trata de un calzado excesivamente plano, como por ejemplo las manoletinas.
– Mochilas: recuerda que no debe superar el 10-15% del peso del niño, ya que afectará a su espalda.
– Ejercicios de fortalecimiento del pie: andar de puntillas o de talones de un lado al otro de la habitación, poner lápices de colores en el suelo e intentar cogerlos con los dedos de los pies, coger canicas e ir metiéndolas en un vaso en el suelo y agarrar una toalla con los dedos, son algunos de los ejercicios básicos que mejoran y fortalecen los pies de los más pequeños.
Y además con Pablosky he aprendido algunos errores que no debemos cometer a la hora de compara calzado infantil:
1. El calzado tiene que ser flexible y hay que verificarlo doblándolo para que permita la movilidad del pie.
2. Sujeción incorrecta: la sujeción deberá adaptarse a cada etapa del niño, velcro en etapas más temprana y cordones ajustables cuando son un poco más mayores.
3. Horma estrecha (ojo con las zapatillas deportivas que llevan los futbolistas y que tanto seducen a nuestros hijos). Calcula que debe sobrar un dedo desde la punta de los dedos al extremo del calzado (lo podemos verificar sacando la plantilla interna) o metiendo el dedo por el talón.
4. Finalmente, comprar un número mayor para que le dure más, este es uno de los grandes errores que yo cometo. Hacemos que el zapato no se ajuste adecuadamente al niño. Se doblará por donde no debe y habrá peligro de que se le salga, sobre todo si corre.
Nos recomendaron ir a comprar el calzado de los niños con ellos y por la tarde que es cuando el pie está más hinchado, así como con los calcetines adecuados. Espero que estas ideas os ayuden tanto como a mi.
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2 comentarios
A mí me gustaron las que enseñastes en los estores, los zapatos rosas, me enamoré de ellos y para el invierno que viene, ya tengo echado el ojo a los zapatos, gracias a ti, un beso
Gracias a ti Inmma, mil besitos te mando.